viernes, 29 de octubre de 2010

Las grandes Hiperbibliotecas: Seattle

El edificio sede de la Biblioteca Central de la Biblioteca Pública de Seattle
es un icono internacional que redefinió el concepto de la arquitectura para
bibliotecas
En algunos “post” anteriores hemos presentado cómo el concepto de Hiperbiblioteca, o biblioteca hiperautomatizada e hiperconectada, ha venido cobrando forma durante la última década, con la participación de bibliotecas de todos los tamaños. Desde los casos de redes de bibliotecas como el Sistema de Bibliotecas Públicas de Toronto en Canadá (Ver más) a los casos de pequeñas bibliotecas como el ejemplo de la biblioteca de un pequeño instituto tecnológico en una población como Chittor (Ver más), en el interior de la India, hemos presentado y desarrollado algunos ejemplos. Más adelante continuaremos el estudio de soluciones de bajo costo ideales para las bibliotecas pequeñas, pero en este "post" queremos presentar algunos detalles de una de las hiperbibliotecas más interesantes del mundo, la Biblioteca Pública de Seattle, una referencia internacional, a la que, entre otros méritos, se le atribuye el haber creado el primer edificio de bibliotecas públicas realizado con una visión propia del siglo XXI, una auténtica renovación.

En la liga de las grandes
La Biblioteca Pública de Seattle es una biblioteca que vale la pena conocer por muchas razones. Ubicada en el corazón de una ciudad que destaca por ser la ciudad más educada de los EEUU (Ver más) y algunas referencias tecnológicas (Microsoft y Amazon, por ejemplo), la hiperbiblioteca de Seattle ha sido desarrollada para destacarse entre una serie de hiperbibliotecas que se han perfilado como íconos mundiales y que, sin duda, ejercen un rol de referencia por los resultados que han concretado en cumplimiento de su planeación estratégica: la Biblioteca Pública de Singapure, la Biblioteca Pública de Shenzhen en China, la Biblioteca Pública de Hamburgo en Alemania, por sólo mencionar tres ejemplos más.

Algunos números representativos
La Biblioteca Pública de Seattle tiene 26 sucursales y servicios móviles y una colección de 2,4 millones de libros y otros ítems. Trabajan en ellas 643 personas que atienden (datos del 2009) un poco más de 6 millones de préstamos de libros, aproximadamente un tercio de los cuales son realizados por niños. Adicionalmente se realizan cerca de 5.6 millones de préstamos de DVDs, CDs y audiobooks. En total casi doce millones de préstamos al año. La biblioteca central tiene cerca de la mitad de la colección (cerca de 1 millón de ítems) mientras que las sucursales tienen, en total, un poco más (cerca de 1,2 millones de ítems). Hay más de 7 millones de personas que entran en la biblioteca central o en las sucursales.

Un edificio estrella
El edificio sede de la Biblioteca Pública de Seattle, es considerado, en si mismo, como una obra de arte moderno. Diseñado por el célebre arquitecto holandés Rem Koolhaas, la edificación fue ganadora del premio a la mejor arquitectura del Instituto Americano de Arquitectos, se ha convertido en un nuevo ícono para la ciudad y se ha llegado a decir que, “de ahora en adelante, cualquiera que vaya a construir una nueva edificación de biblioteca pública tendrá que venir primero a Seattle y estudiar su biblioteca central” (Ver ref.). En un recuadro publicado en agosto de 2005 en el Library Journal se señala que el edificio representa un renacimiento para el concepto de biblioteca pública: es funcional y flexible, relativamente barato, grande, hecho en colaboración, ecológico, de alta tecnología e impresionante estéticamente (Ver recuadro). Un ejemplo más de que lo bello, lo ecológico y lo funcional pueden ir juntos.

Colofón para una próxima reflexión
Es muy interesante entender que en la liga en que está la Biblioteca Pública de Seatlle se manejan números como los citados arriba y que eso requiere de un diseño integral donde lo estético y lo funcional se funden para construir una referencia de arte y de practicidad hiperautomatizada bajo la que se atienden doce millones de préstamos. Eso nos prepara para una próxima reflexión llamada a convertirse en el tema del siguiente “post”: ¿Hay lecciones en la Biblioteca pública de Seattle útiles para otra escala de ciudad, de público y de biblioteca?

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