viernes, 16 de diciembre de 2011

Mensaje de Navidad 2011

Nos vemos de nuevo en enero 2012, después de la llegada de los reyes.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Por qué hoy se trabaja tanto en Arquitectura de Información?






Trabajar en Arquitectura de Información es hoy un imperativo.
Por diversas razones, las estrategias que usábamos en el
pasado resultan insuficientes.

¿Cuáles son los aspectos de la realidad que han estado cambiando y que requieren un trabajo intenso de Arquitectura de Información? ¿Qué es lo diferente en el reto de desarrollar un servicio de información que justifique un nuevo enfoque de integración de conocimientos de Ciencias y Tecnologías de la Información? ¿Hasta donde nos ayuda y hasta donde nos limitan nuestros conocimientos previos en una de estas dos fuentes de conocimientos? Esos son los temas de nuestro post semanal.

Como Luis Rosenfeld y Peter Morville presentan (ver El Libro del Oso Polar...), muchos de los sistemas de información modernos son productos muy diferentes de los sistemas informáticos que construíamos en el pasado. Estos, en el contexto de la institución que los albergaba, estaban restringidos en alcance, tamaño, contenido y audiencia. En las palabras de los autores: “Los viejos sistemas de información eran estrechos en su alcance, pequeños en tamaño, más homogéneos en su contenido y formato y tenían audiencias focalizadas”.

Toda esta realidad cambia con la popularización de la World Wide Web. La Web “tiene una cantidad extremadamente más grande e indeterminada de contenidos, abarca cada tópico conocido bajo el sol, usa muchos más formatos y es usada por cada audiencia imaginable” (Ibid.). Esto representa un cambio de escala tan grande que la diferencia deja de ser cuantitativa para pasar a ser cualitativa. Se trata de otra realidad que requiere de un diseño de servicios diferente (Ver Usuarios + Contenidos + Contexto). La analogía con la construcción civil puede hacerse fácilmente: en la medida en que la humanidad comenzó a dominar nuevos materiales y técnicas de construcción se definió el espacio conceptual de la ingeniería, pero también el de la Arquitectura, que debería estar a tono con las nuevas posibilidades.

Así, en una Internet donde la presencia de poderosos buscadores acercan a una múltiple gama de usuarios a nuestros contenidos y un mecanismo de gestión de la hipertextualidad tan poderoso como la Web permite enlazar no sólo nuestros contenidos entre sí, sino nuestros contenidos con los contenidos de otros y todos con aplicaciones propias y ajenas, se conforma una nueva realidad en la que los conocimientos informáticos y de tecnología, de gestión de datos y de protocolos, son necesarios pero insuficientes para el diseño de las soluciones de gestión. Por otro lado, se requiere la comprensión de las estructuras de información más allá de las conexiones de tablas de datos, las gestión de la navegación ya no es el mero diseño de menús, la funcionalidad de la información para los usuarios es más compleja por la diversidad de perfiles y por ello se requieren estrategias y conceptos de clasificación, organización y de gestión de información novedosos, fundidos en el crisol transdisciplinario de la Arquitectura de información (Ver AI: Confluencia de Ciencias y Tecnologías de la Información).

Es como dice Rosenfeld y Morville, la heterogeneidad hace mucho más duro de indexar la Web y hace más difícil la búsqueda. Poco puede asumirse acerca de los usuarios y el tipo de contenido que necesitan. Pero hay dos elementos que aún deben ser agregados al análisis de los autores que comentamos hoy: la dimensión estética como cualidad de extrema importancia en la solución, por su incidencia en la usabilidad, y la relevancia de la comunicación.

En efecto, por si fuera poco todo lo anterior, un nuevo fenómeno se sumó en la segunda década de la WWW, la marcó definitivamente y volvió a transformar la complejidad: la interactividad extrema y permanente, el rol esencial de la participación. En efecto, como hemos señalado, la Web 2.0 es cualitativamente diferente de la primera Web y esa diferencia nace en el reconocimiento de que la comunicación que se genera alrededor de los contenidos es, al menos tan importante, como los contenidos mismos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

AI: Confluencia de Ciencias y Tecnologías de la Información

En la Arquitectura de Información confluyen
distintas fuentes de conocimiento
La Arquitectura de Información (AI) es transdisciplinaria. En ella confluyen dos fuentes de conocimientos que, a pesar de complementarse, muchas veces transcurren paralelas sin integrarse: Las Ciencias de la Información (Bibliotecología, Archivología, Gestión documental, Gerencia de información, Comunicación social, etc.) y las Tecnologías de la Información (Tecnologías de Internet, Ingeniería de software, Bases de datos, Redes, Sistemas, Telecomunicaciones, etc.). Siguiendo una trayectoria marcada por nuestros últimos post, en este nos abocamos a comentar acerca de la necesaria integración de estas fuentes de conocimientos que tiene lugar en la AI, para beneficio de los servicios donde se aplica.

Los Arquitectos de Información, esas personas que como hemos visto, aportan en los servicios de información su capacidad de diseñar, organizar y estructurar la información para que la misma sen encontrable y apropiada para sus usuarios, provienen de uno cualquiera de los dos caminos mencionados: El de las Ciencias o el de las Tecnologías de la información. Pero estos arquitectos nunca pueden quedarse, en el ejercicio de su incipiente profesión, dentro de los márgenes que le impone su formación disciplinaria. Precisamente destacan cada vez que trascienden las fronteras de su conocimiento profesional original para lograr soluciones de información que trabajan gracias a la integración de múltiples perspectivas en el crisol de una aplicación concreta.

Adicionalmente, un Arquitecto de Información sabe que para tener éxito en sus proyectos tiene trabajar en cuatro áreas típicas: Tecnologías, Procesos, Gente y Contenidos. Sólo manejándose en estas cuatro áreas puede lograr sus objetivos cuando estos implican mejoras significativas en la gestión de información de instituciones, empresas o comunidades.

Digamos que las profesiones trabajan siempre con contextos, conocimientos y métodos específicos de un cierto dominio de conocimiento ligado a ellas. Pero hay denominadores comunes. En todas las profesiones manejamos información con procesos que son similares: catalogación, indexación, uso de tesauros, taxonomías, folksonomías, búsqueda, exploración, impresión, conversión de formatos... Aunque sea información particular, la manejamos, con procesos generales, patrones que reconocemos.

Ahora bien, los especialistas en Ciencias de la Información manejan con facilidades inherentes a su formación y práctica un lado de estos procesos. A veces muy específicos. Por ejemplo los comunicadores sociales tienen conocimientos que les permiten redactar muy bien los mensajes y otros elementos conceptuales que se usan para aseguran la comunicación con un cierto público. Bibliotecólogos y archivólogos entienden de categorías taxonómicas y tesauros y tienen distinciones de clasificación que ayudan a organizar conocimiento específicos desde una perspectiva general. Los diseñadores gráficos entienden del uso de colores, tipos de letras, diagramación y otros elementos para la comunicación visual de los mensajes, etc.

Por su parte, los especialistas en Tecnologías de la Información tienen, por su manejo tecnológico, competencias especiales para trabajar con otro lado de estos mismos procesos. El lado que está ligado al hardware y software de computación, las bases de datos, los aspectos técnicos de los archivos que se usan para cada formato, etc.

Los Arquitectos de Información, independientemente de su formación inicial, en Ciencias o en Tecnologías, deben de tener las distinciones claves, n dimensionales, de todos los aspectos que tienen que ver con el resultado del procesamiento de información y el cumplimiento de los objetivos.

A la hora de diseñar una vivienda el maestro de obra sabe de los elementos que aseguran la ejecución de la construcción, el ingeniero calculista del cálculo de las estructuras involucradas, un carpintero puede ser consultado para aportar criterios vinculados con sus conocimientos de las maderas, pero el Arquitecto diseñador de la casa tiene que integrar distinciones fundamentales para garantizar que la construcción sea funcionalmente adecuada y estéticamente agradable. En un servicio de información el Arquitecto de información tiene la tarea de integrar conocimientos para que el usuario final no especializado encuentre la información que busca y la pueda manejar sin problemas.