Los autores son Louis Rosenfeld y Peter Morville, que lo publicaron en el año 1.998. Ambos autores son bibliotecólogos brillantes. Estos dos aspectos, su inteligencia analítica y su formación bibliotecológica, se siente en toda su particular aproximación al tema de la AI. El Libro del Oso Polar, por su parte tuvo la virtud de darle un contexto a la AI en un momento clave de su desarrollo como transdisciplina y de la World Wide Web como fenómeno mundial.
Para los autores, la AI puede definirse como “la combinación de organización, etiquetado y esquemas de navegación en un sistema de información” o bien como “el diseño estructural de un espacio de información para facilitar la completitud de la tarea y el acceso al contenido”.
La definición que comentamos la semana pasada (ver) coincide en muchos aspectos con la de este libro en el que sus autores señalan que la AI es: “El arte y la ciencia de estructurar y clasificar sitios web e intranets para ayudar a la gente a encontrar y manejar información”. En cuanto a su carácter y actualidad Rosenfeld y Morville señalan que la AI es “una disciplina emergente y una comunidad de prácticas enfocada en traer los principios del diseño y la arquitectura al terreno digital”.
Podemos ver que la noción de AI de Rosenfeld y Morville es muy coincidente con la idea de que en la AI es un tema de actualidad, donde es claro que las aplicaciones que se han estado construyendo luego de la WWW han puesto en evidencia que la existencia de ingentes recursos de información y de poderosos sistemas de procesamiento exigen una reflexión cualitativa acerca de qué es lo que hace que la información sea encontrable (porque no siempre lo es) y qué se requiere para que una vez que se encuentra sea posible manejarla adecuadamente como un bien útil (porque no siempre esto resulta sencillo de realizar).
La experiencia muestra que no es suficiente el acceso a la información. La Internet ha popularizado (como ya señalaba en su momento el Libro del Oso Polar, hoy un clásico en AI) el acceso de innumerables recursos de información donde hay información acerca de casi cualquier tema, pero cómo se logra que el usuario necesitado, que sabe además que lo que busca existe, pueda llegar, es el conocimiento esencial para construir servicios de información que sean realmente útiles.
Indudablemente que hay un tema de organización y estructura de información, pero no desde el punto de vista del dato, que es la clásica aproximación de los computistas e informáticos, sino de la capa superior donde yacen los objetos de información que manipulamos en el contexto de cada aplicación.
En la aproximación tradicional los profesionales del software nos ayudaban a pasar del dato a las aplicaciones, pero lo que se ha mostrado en la era Web es que en el medio del dominio del dato y del dominio de las aplicaciones hay un universo de reglas de información que subyacen debajo de las aplicaciones pero arriba de los datos. Precisamente la AI ayuda a entender lo que pertenece a esta capa intermedia, el dominio de la información, una abstracción necesaria que mantiene bastante independencia de la tecnología y que trataremos de ir desenredando y exponiendo en nuestros próximos posts.
No hay comentarios:
Publicar un comentario