martes, 16 de agosto de 2011

La lista de los Álamos 20 años más tarde

http://arXiv.org es un hito histórico en la historia
de la Ciencia Moderna y un embriom de lo que hoy conocemos
en el ámbito de información como crowdsourcing
En el medio científico sería casi impensable que alguien no conociera la lista de los Álamos. Entre los profesionales de la información y entre los de informática es también frecuente que la gente tenga referencias, más cercanas o más lejanas según sus relaciones con la academia. La lista de los Álamos, hoy conocida como arXiv, es un hito histórico. Pero quizá muchos no se enteraron que muy recientemente, el 14 de agosto del presente, se cumplieron 20 años de un acontecimiento trascendente: La puesta en producción de este célebre servicio, con la llegada del primer correo a la lista. Un experimento de gestión de información que trasciende la gestión de la información, un archivo de prepublicaciones científicas que cambió el curso de los acontecimientos y abrió una nueva era para las ciencias. Podría interpretarse, sin lugar a dudas, como un hito en la construcción de una manera diferente de hacer Ciencia y de hacer gestión de información en la sociedad del conocimiento. La iniciativa histórica fue liderada por físicos, pero sus aportes e implicaciones van, claramente, mucho más allá de la Física.

Paul Ginsparg y arXiv
En otra ocasión hablamos de Paul Ginsparg y de sus compañeros, Richard Luce y Herbert Von de Sompel, como los impulsores de un cambio en la manera de compartir metadatos que dio origen a la Iniciativa de Archivos Abiertos (OAI, por sus siglas en Inglés). La intención de Ginsparg en el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, hace 20 años, fue, precisamente, facilitar el intercambio de manuscritos o preprints, es decir, de documentos escritos por sus autores pero aún en proceso oficial de publicación. Incluso el alcance inicial era bien limitado al área de trabajo de Ginsparg: la Física de Altas Energías.

Ginsparg creó un repositorio para compartir este tipo de información aprovechando las tecnologías que recién comenzaban a desplegarse. Lo que ocurrió luego fue un éxito que trascendía todo lo que había hasta la fecha. En unos pocos años el servicio evolucionó para convertirse en un recurso Web (http://arXiv.org) con cerca de 700.000 documentos en texto completo, 75.000 nuevos cada año y sobre el que se realizan cada semana cerca de un millón de descargas en texto completo por unos 400.000 usuarios diferentes. Los contenidos trascendieron la física para incluir trabajos de matemáticas, computación estadísticas y biología (Puede verse muchos más detalles en el documento arXiv at 20, del propio Paul Ginsparg ). El servicio fue trasladado de Laboratorio de Los Álamos a la Univerisdad de Cornell y su crecimiento sigue llevando a sus autores a buscar salidas para su financiación.

Una revolución en la manera de certificar la Ciencia
Las lecciones aprendidas de arXiv son muchas, todas importantes y más aún, trascendentes, históricamente. Los profesionales de la información, para los cuales escribimos, están obligados a conocer la historia.

Toda la Ciencia ha descansado tradicionalmente sobre un mecanismo de calidad llamado evaluación de pares: cuando algún científico hace algún aporte a la Ciencia, en algún área del saber, escribe un documento que somete a la consideración de sus pares, científicos especializados en el mismo dominio de conocimientos, enviando su trabajo con la intención de que sea publicado por alguna revista especializada. Si se trata de un aporte científico real, personas de conocida reputación por sus conocimientos en el área en cuestión deben tener criterios para emitir un juicio, actuando como árbitros de la revista a la cual el autor envió su trabajo. Se parte de la premisa que si varios de estos árbitros, debidamente reconocidos, opinan que hay un aporte, sin duda lo hay y se autoriza la publicación en la revista científica. El trabajo es publicado y a partir de allí el autor y el aporte pueden ser citados con esa publicación. Los árbitros deben cuidar el prestigio del cual dependen en su hacer cotidiano, y por eso, el mecanismo de calidad funciona.

Sin embargo, como puede notarse, el proceso descrito es artesanal y con los volúmenes de información que maneja arXiv y la gran cantidad de personas que actualmente elaboran conocimientos, es clara la necesidad de un cambio en el mecanismo de certificación del contenido científico de una publicación. Este es el gran debate que arXiv abrió al convertirse en el recurso primario diario para comunidades mundiales de investigadores. Como la publicación en arXiv es la primera referencia de autoría en muchas áreas de la Ciencia, se convierte, en la práctica, en la principal referencia en cada comunidad científica participante al momento de atribuir autoría a ideas, teorías y conocimientos. Pero como en ArXiv se publica sin arbitraje, es claro que se trata de una revolución en el mecanismo de calidad de la producción científica. El crowdsourcing del que se habla ahora comenzó a gestarse en el ámbito científico con arXiv. No todos lo vieron, incluso ahora no todos lo ven, pero con arXiv comenzó a hacerse evidente el cambio inevitable en los mecanismos de validación de la ciencia moderna.

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