viernes, 10 de junio de 2011

Los pioneros de la cosecha de metadatos, sus motivaciones y sus ideas

Los pioneros de la iniciativa
de archivos abiertos y
el protocolo OAI-PMH:
Paul Ginsparg, Richard Luce y
Herbert Von de Sompel

Como presentamos en nuestro post más reciente, en el nuevo milenio se inició el desarrollo de protocolos sencillos para cosechar metadatos. Hacía poco más de una década que se había desarrollado el protocolo Z39.50, que fue un diseño hecho con la intención de resolver el problema idealmente. De alguna manera éste protocolo planteó una solución excelente, pero en la práctica algunos problemas se evidenciaron y se prefirió hacer entonces un viraje hacia una solución más pragmática, más humilde, pero mucho más práctica y sencilla de implementar: el OAI-PMH. Esta solución más sencilla no eliminó la necesidad del Z39.50, porque simplificó conceptos que aquel resolvía bien, pero si resolvió en forma concreta problemas que limitaban a muchos servicios de información pública. En este post contamos brevemente la historia de los pioneros del movimiento de archivos abiertos, para reconocerles en su contexto su gran mérito, pero también, para extraer lecciones de la historia, contada desde una perspectiva útil a los profesionales de la información. Eso nos permitirá entender mejor el presente y el futuro del intercambio de metadatos.

Los pioneros de la idea de archivos abiertos
Los pioneros detrás de la idea de archivos abiertos fueron Paul Ginsparg, Richard Luce y Herbert Von de Sompel. Son tres personas que para fines del milenio había hecho aportes muy interesantes en términos de soluciones para el almacenamiento y recuperación de información académica, que coincidieron en el tiempo y en el espacio en Los Álamos y tomaron una iniciativa que despegó internacionalmente el movimiento.

Paul Ginsparg comenzó en 1991 un servicio de auto archivo de documentos académicos que fue operado desde Los Alamos National Laboratory como un repositorio para pre prints de Física y que se hizo célebre como la “lista de los Álamos”. Por su éxito significativo, el servicio se expandió a otras áreas de la ciencias como las Matemáticas, las Ciencias de la computación, la Biología y las Estadísticas. Con los años, al ampliar su volumen y flexibilidad, la lista se convirtió en el servicio arXiv.org y comenzó a operarse desde la Universidad de Cornell. Este servicio tiene actualmente varios centenares de miles de artículos y recibe todos los meses varios miles de ellos.

Richard Luce fue director de la Biblioteca de Investigación en Los Alamos National Laboratory desde 1991 hasta el 2006, experiencia que le permitió hacer contribuciones sobre el papel de la publicación electrónica en la llamada eInvestigación y, particulamente, el papel de las bibliotecas de investigación en este proceso. En 1999 fue cofundador de la iniciativa de archivos abiertos y en el 2003 coorganizó la declaración de Berlin sobre Acceso abierto al conocimiento, un hito histórico para la humanidad. Sus contribuciones están en las áreas de innovación en Bibliotecas digitales y publicación electrónica.

Herbert Von de Sompel es un bibliotecario belga y científico de la computación que, con el beneficio de esta doble perspectiva, ha hecho contribuciones importantes en la Iniciativa de Archivos Abiertos, particularmente en el establecimiento y desarrollo de estándares tales como el OAI-PMH, para la cosecha de metadatos, el OpenURL, para servicios sensibles a contexto, y el OAI-ORE (Object Reuse and Exchange), para la descripción, intercambio y valor agregado de recursos existentes en la Web.

La idea de servicios universales de literatura académica auto archivada por los autores
La idea que motivo a los pioneros mencionados en los finales del milenio pasado era cómo cambiar el paradigma de la publicación científica y el acceso al conocimiento académico. El antecedente principal fue el enorme éxito que la lista de los Alamos había alcanzado para 1.999. Estas personas se encontraron y sincronizaron en el célebre laboratorio y desde allí convocaron un par de encuentros que catalizaron el desarrollo del OAI-PMH y que se realizaron en la ciudad de Santa Fe en octubre de 1.999 y Junio del 2.000. El protocolo nació con una primera edición preliminar en Septiembre del 2000, una par de versiones iniciales (Beta 1.0 y Beta 1.1) en el 2.001 y una versión de producción en Junio de 2.002.

Organizaciones importantes como la National Science Foundation (NSF) y la Digital Library Federation (DLF) apoyaron financieramente la iniciativa y personalidades de prestigio en el área se identificaron y soportaron el trabajo. Así la idea de cosechar metadatos que expusimos en nuestro post anterior (¿Por qué cosechar en lugar de buscar en tiempo real los metadatos que necesitamos?) concretó posibilidad de contar con un marco de referencia moderno y sencillo para compartir metadatos: el protocolo OAI-PMH.

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