viernes, 24 de octubre de 2014

Comunidades de aprendizaje y comunidades prácticas

Desarrollar una Comunidad de Aprendizajes o Una Comunidad de Prácticas es una tares
compleja que requiere una aproximación transdisciplinaria
Los dos términos no significan exactamente lo mismo, pero es cierto que solapan entre sí sus significados. El hecho de que el conocimiento se desarrolla en comunidades que se agrupan en torno a intereses comunes es ampliamente reconocido tanto en ambientes corporativos o académicos formales, como en ambientes informales, tanto en agencias gubernamentales como en organizaciones no gubernamentales y en proyectos que actúan en causas sociales. Esto significa que si queremos desarrollar aprendizajes que generen cambios de prácticas en ciertos colectivos, es imperativo entender los ambientes comunitarios que potencian el desarrollo y la comunicación de conocimientos, cómo se genera la participación, la motivación, la consciencia de necesidad de la interacción recíproca y como se implementan en forma práctica proyectos que gestionan información, comunicaciones y conocimientos.

El hecho de que estos servicios se expresan normalmente a través de la Web hace creer muchas veces que la implementación de una plataforma Web por si sola puede mover los procesos necesarios para que gire la rueda del intercambio y el desarrollo de conocimientos. Lamentablemente no es así. El tema es más complejo, se requieren plataformas bien diseñadas, pero éstas no son suficientes para el éxito, sino una precondición típica para el mismo.

Una dificultad de fondo para el desarrollo de Comunidades de aprendizaje y Comunidades de práctica radica en el hecho de que los campos donde es necesario actuar para implementarlas son totalmente transdisciplinarios y por ello se requiere el conocimiento proveniente de enfoques generalistas y holísticos que incorporen diferentes perspectivas, ya que ese crisol de puntos de vista complementarios es determinante para poder lograr la generación y apropiación de conocimientos que se busca. Perspectivas demasiado centradas en disciplinas y el conocimiento de especialistas pueden resultar limitantes en lo que se aprecia y en lo que se actúa.

En todos los casos, algunas distinciones conceptuales resultan convenientes en el diseño de proyectos en los que se busca aprendizaje y/o de desarrollo de conocimiento. Pretendemos a través de varios post entrar en estos temas presentando aspectos que resultan útiles a quienes quieren promover comunidades que desarrollen o trasmitan conocimientos, con bastante independencia del ámbito donde éstas se implementan, y los temas generales o específicos en los que se concentra su acción.

Los Arquitectos de Información que trabajan en este tipo de proyectos deben saber que hay una Arquitectura de participación que genera requerimientos específicos que se deben modelar e implementar. Los científicos sociales y los líderes comunitarios interesados en los cambios concretos de prácticas sociales deben también entender que los buenos resultados se obtienen con una buena Arquitectura de participación y que ésta hará exigencias de Arquitectura de información.

Explicaremos más adelante lo que esto significa, pero por ahora, como síntesis de lo planteado hoy establezcamos lo siguiente: El desarrollo de Comunidades de aprendizaje y Comunidades de prácticas requiere de plataformas Web, pero no sólo buenas plataformas. En el diseño se necesitan enfoques transdisciplinarios ya que las perspectivas disciplinarias son insuficientes. En la acción son importantes ciertos conceptos, no teorías de referentes abstractos, sino distinciones operantes. La participación, la interacción, el aprendizaje y el conocimiento se gestionan haciendo este tipo de distinciones.

La semana que viene comenzaremos con una de las primeras necesarias: el concepto mismo de lo que es una comunidad, en estos contextos.

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