domingo, 6 de noviembre de 2011

Una definición simple de Arquitectura de Información

La Arquitectura de Información no es actualmente una disciplina,
pero si un conocimiento útil que se desarrolla y aplica sistemáticamente
Recorriendo la Internet vamos a encontrar muchas definiciones de Arquitectura de Información y una conversación amplia sobre el tema. Esto es natural porque la Arquitectura de Información (AI) no es una profesión estabilizada sino un área transdisciplinaria donde el conocimiento está en desarrollo. En la AI se producen con frecuencia aportes dentro de un espacio de conocimientos que muchas veces nacen aplicados y donde la conversación entre los practicantes y el esfuerzo de conceptualización es, por ello, de vital importancia. Dentro de ese contexto, es natural que muchos de los que se acercan a la AI (bien sea que provengan de Ciencias de la Información, de Informática o de la práctica de la Comunicación Social) se confundan tanto por lo parecido y coincidente como por lo diferente y divergente de muchas definiciones. De allí la motivación de nuestra parte para este post realizado con la intención de contribuir con una definición de AI que puede ser útil por lo simple y práctica.

Podemos decir:

La Arquitectura de Información es el conocimiento que nos permite transformar la información en un bien útil.

O alternativamente, quizá más simple aún:

La Arquitectura de Información es el conocimiento que nos permite facilitar el uso de la información.

Esta definición nos quita todo lo particular, lo anecdótico, lo circunstancial, para quedarnos con la esencia de lo que logra el conocimiento de la AI: hacer que la gente pueda usar la información.

Al señalar que es un conocimiento, se destaca que la práctica de la AI puede hacerse en forma sistemática, que el buen resultado no se logra por casualidad. Expresamente no se menciona como una disciplina, porque, al menos por ahora, no lo es. La AI se mueve, antes bien, en un espacio transdisciplinario, aplicado, donde ninguna disciplina aporta una perspectiva definitoria.

Ahora bien, las connotaciones ligadas a una definición siempre son importantes. ¿Qué se necesita para facilitar el uso de la información?

En primer lugar, como hemos ya señalado, que la información sea encontrable. Este es el primer beneficio que logra la AI. Pero además de poder facilitar el que la información se encuentre, es importante que podamos trasmitir el contexto (ver el post Usuarios + Contenido + Contexto). Esto es crucial. Muchas veces se le presenta al usuario información pero en forma descontextualizada.

Otro elemento pertinente es que la información se pueda guardar con una estructura tal que pueda ser recuperada y presentada en el formato adecuado a la necesidad. Como vimos cuando estuvimos hablando de formatos, cada formato expresa un aprendizaje y es útil para algo en específico (ver Aprendizajes y Formatos). Por eso la información debe almacenarse de manera tal que pueda recuperarse en distintos formatos (¿Por qué tantos formatos?).

Finalmente un aspecto esencial es que la información pueda ser fácilmente navegable. Esto implica que con la presentación de cada contenido el próximo requerimiento de consulta o de exploración debe estar accesible, al alcance de la vista o fácilmente encontrable, de forma intuitiva para cada tipo de usuario para el que el servicio está dirigido.

La encontabilidad, el contexto, la estructura u organización, la presentación y la navegabilidad son el tipo de puntos esenciales de los que, para hacer la información útil, se ocupan los Arquitectos de Información. Precisamente sobre éstos arquitectos hablaremos la semana próxima, cuando saltemos de la AI como profesión para centrarnos en los  practicantes de la misma.

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