viernes, 4 de mayo de 2012

A veces menos es más



Un caso de menos puede ser más:
¿Por qué los blogs pudieron resolver
el problema de la publicación masiva
y las soluciones anteriores no?
No son pocos los casos en que menos es más. Claro, en todos ellos siempre que se dice “menos” se hace referido a una percepción de que disminuyendo la cantidad y concentrándose en otros aspectos, se puede obtener foco en parámetros de calidad, con un consecuente resultado más confortable, apropiado y práctico. Ocurre en muchas áreas de la creación humana. Por ejemplo, una diagramación atiborrada de elementos distrae, pierde sentido y deja de verse bien. Pasa en la estética y de allí el gusto que muchas veces nos da la expresión minimalista en el arte. Ocurre también así en Arquitectura de Información y en los sistemas informáticos. A veces se realizan diseños que nos agobian por la cantidad de alternativas y preferimos algo con menos funcionalidad pero más simple, comprensible y directo. En este post queremos dar un ejemplo de una de estas situaciones, usando algunos de los conceptos con los que hemos venido trabajando recientemente: tipos de salida, y tipos de objetos.

Hemos visto algunas semanas atrás como en los tipos de salida todos los sistemas se parecen (Ver). Esto significa que a pesar de la idea de heterogeneidad que tenemos, hay un nivel de abstracción donde podemos apreciar la homogeneidad, las características comunes que tienen muchos sistemas.

Hemos visto también la noción de objetos de información (Ver 1, 2, 3), entidades que tienen connotaciones naturales en el dominio de la información, una de las ideas claves para que los arquitectos de información puedan simplificar el diseño de la gestión de información y manejar un lenguaje común entre los usuarios, los desarrolladores de soluciones y los gerentes. En efecto, un objeto de información es algo natural, cercano a la aplicación y por tanto al mundo real. Algo muy diferente a la data, contenidos atomizados que son articulados en tablas y relaciones de bases de datos, como la trabajan usualmente los informáticos.

Hemos visto que al comenzar a analizar un problema de gestión de información lo primero que hacemos es obtener el mapa de objetos de información, para a partir de allí, comenzar a entender la funcionalidad asociada. Todo objeto de información tiene una salida de múltiples registros  típica (Ver) que se presenta en un orden típico. Eso no quiere decir que en un sistema no se requieran otros tipos de salidas, sino que en la mayoría de los casos la salida típica en el orden típico es suficiente.

Veamos ahora un ejemplo sencillo e ilustrativo de los conceptos de Arquitectura de información simplificando y ayudando a elaborar diseños del tipo “menos es más”. Hace unos años la aproximación para la colocación de contenidos en la Web por el amplio público venía experimentando con distintas aproximaciones. El problema es que las soluciones llegaban desde la complejidad. La simplificación se intentaba en el uso de herramientas que daban un feedback inmediato en el sentido de que “lo que ves es lo que obtienes”. Con ellas era, sin duda, más fácil hacer páginas Web que colocando en un editor de texto etiquetas de HTML. Sin embargo, nunca se resolvió el problema de la publicación Web por el amplio público hasta que llegaron los blogs. La pregunta pertinente es: ¿Por qué?

Los blogs cambiaron la historia. Facilitaron claramente la publicación de contenidos al punto que en muy poco tiempo empezamos a tener millones de ellos con millones de usuarios leyéndolos. ¿Qué pasó allí? Pues, un ejemplo de la lógica “menos es más” que señalábamos al comienzo, en el primer párrafo de este post.

¿Qué era un blog? Una creación magistral de Arquitectura de Información. Veamos: Un problema que se resuelve con un mapa hiper sencillo un único tipo de objeto de información: el post. El post a su vez es un tipo de objeto muy sencillo en su estructura. Sólo unos poquísimos campos. Un título, un contenido, un campo de clasificación temática y una fecha implícita: la de subida a la Web. La salida típica era también simple: una lista de salidas de contenido con metadatos implícitos. En ella se entiende qué es título, qué es contenido y cuáles son las palabras de clasificación por el contexto diagramado. Es decir, la dimensión estética es transversal e independiente, no está metida en la estructura como lo hacían las herramientas anteriores a los blogs. ¿Qué más? Un orden típico, desde lo más reciente a lo más viejo. Esto era suficiente para obtener una solución de publicación para el amplio público…

Cómo vemos, el problema de una solución de publicación masiva no era informático. Era de Arquitectura de Información…


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