viernes, 15 de mayo de 2015

El vecino de Gutenberg (2/2)


Entre el 2006 y el 2009 las redes sociales desplazaron al correo electrónico
en tiempo invertido primero, y en cantidad de usuaruos después
( Imagen  desde http://www.slideshare.net/guest1222bdb/mary-meeker-april-2010-internet-trends )
La semana pasada conversamos acerca de cómo muchas veces nos puede pasar que tomemos lo que tenemos cerca y lo que nos acontece hoy como algo natural, dentro de nuestros espacios de obviedad. Simplemente lo tenemos cerca en nuestro presente y tomamos como hecho cotidiano. Incluso si lo reconocemos como una variación, puede que lo veamos lo que acontece como un cambio más, entre tantos. Acaso una moda. Pero no siempre es así y la metáfora del vecino de Gutenberg que comentamos en nuestro anterior post nos abre los ojos para mostrarnos cómo puede ocurrirnos como al vecino del orfebre alemán: estar al lado de un hito gigante en la historia de la humanidad y no valorarlo como tal. Haciendo un cierre del cuento presentaremos algunos de los elementos que vivimos quienes estuvimos presentes en la década de los noventa y la primera de los dos mil y que quizá no nos dimos cuenta de lo que significaban como cambios en nuestra historia de especie.

En efecto, entre 1996 y el 2006 ocurrieron hechos significativos, desde la Web 1.0 surgió la Web 2.0 sin que mediara un invento, una creación técnica. Simplemente la humanidad empezó a usar de modo diferente la Web creada unos pocos años antes. Ese hecho cambiaría toda la práctica social humana y nos convertiría en una especie biológica hiperconectada planetariamente. Al principio pasó inadvertidamente, pero en el 2004 la I Conferencia Mundial de la Web 2.0 nos alertó oficializando un nombre explícito para el fenómeno y estableciendo sus principios de operación (ver La Humanidad: desde los árboles a la Web 2.0 (7). El sexto salto).

Pero en entre el 2007 y el 2009 hubo otros dos acontecimientos muy trascendentes, que se convirtieron en puntos de inflexión en la historia humana.

Desde el 2007 gastamos más tiempo en redes sociales que en el correo electrónico. Hasta julio de ese año, el correo electrónico había sido la aplicación por excelencia de las comunicaciones humanas que nos había permitido mantener conversaciones y difundir información en forma directa y asíncrona con gran versatilidad y numerosos tipos de contenidos. Por ello gastábamos más tiempo en el correo electrónico que en ninguna otra aplicación de la Internet. Sin embargo, en agosto de ese año la práctica era otra, comenzamos, en promedio, a gastar más tiempo en redes sociales que en ninguna otra aplicación.

En el 2009 hicimos otro salto gigantesco que ciertamente fue el triunfo definitivo de la tendencia que iniciamos en 1996. Hasta agosto de 2009 había más usuarios de correo electrónico que de redes sociales. A partir de septiembre era diferente y las redes sociales ya regían el uso de la Internet con más usuarios que ningún otro tipo de aplicación.

Somos varios miles de millones de habitantes humanos del planeta los que estuvimos vivos y aparentemente conscientes en esos trece años comprendidos entre 1996 y el 2009, muchos los que usamos correo electrónico (500 millones en el 2006, 800 en el 2009), muchos los que fuimos incorporando redes sociales a nuestras vidas (un poco menos de 400 millones en el 2006, más de 800 en el 2009), sin embargo, para la mayor parte de nosotros, incluyendo las personas que hicieron gran uso de estas herramientas en su vida cotidiana, muchos profesionales, muchos técnicos, no hubo la consciencia de que en la historia humana estaba ocurriendo un cambio cualitativo, que ellos eran simplemente una expresión de ese cambio, que el cambio era trascendente, que no era una moda, que los humanos estábamos convirtiéndonos en otra especie. Sencillamente, el comportamiento era, como el del vecino de Gutenberg.

No hay comentarios: