viernes, 8 de mayo de 2015

El vecino de Gutenberg (1/2)

Antes de la imprenta de tipos moviles reproducir un ejemplar tomaba diez años...
Pero el aporte de Gutenberg a la humanidad fue muchio más que reducir este tiempo,,,
La metáfora del vecino de Gutenberg es un recurso que nos sirve para adquirir consciencia acerca de algunos aspectos de los cambios trascendentales que estamos viviendo en términos de la humanidad sin que estemos plenamente conscientes de ello. Nos ayuda a pararnos mejor sobre la época que nos tocó, llena de elementos interesantes, trascendentales, puntos de inflexión desde el punto de vista histórico, asuntos sobre los cuales hablarán las próximas generaciones y que quizá no nos percatamos completamente porque los tomamos simplemente como elementos que son parte de nuestra cotidianidad moderna o como cambios puntuales cuya trascendencia no nos detenemos a explorar. En este post y el siguiente usaremos la metáfora citada en el título para ayudarnos a apreciar detalles que quizá nos estaban pasando desapercibidos.

Johannes Gutenberg fue un orfebre alemán a quien se le atribuye la invención de la moderna imprenta de tipos móviles, una creación que no sólo cambiaría por completo la  historia de la humanidad sino la noción misma de la humanidad, como hemos explicado en unos post anteriores (ver La Humanidad: desde los árboles a la Web 2.0 (4). El tercer salto).  El invento de Gutenberg como tal era un salto cualitativo interesante: antes de su imprenta, reproducir un libro, crear un ejemplar, era un trabajo de copiar facsimilarmente en forma manuscrita el contenido del mismo. La artesanía era obra de los monjes copistas, quienes lo hacían por encargo de reyes y personas pudientes que pudiesen pagar el asunto, ya que cada ejemplar requería un trabajo de alrededor de diez años de un abnegado copista, quien, al contrario de lo que se podría imaginar, podía no saber ni leer. Un ejemplar en esas condiciones era por tanto una creación de duración prolongada. La imprenta de tipos móviles representó un cambio fundamental. Podían reproducirse varios libros, en mucho menos tiempo...

Pero es superficial ver el cambio como una mera optimización. El poder tener una gran cantidad de libros tenía un significado más importante: la posibilidad de que hubieran muchos lectores por cada libro escrito abría otras puertas, con más libros mucha más gente podría aprender a leer, el acceso al conocimiento y a la comunicación de las experiencias humanas se amplificaba, podía haber maestros, escuelas, cultura moderna, educación pública, ciencia, escuelas, liceos y universidades con numerosos estudiantes. Una humanidad con estos elementos culturales es muy diferente a una humanidad que careciera de ellos. La imprenta de tipos móviles no significó un cambio en la manera en que se podían reproducir los libros sino la apertura al conocimiento para miles de personas y por tanto un cambio en lo que se concibe como humanidad y en lo que los seres humanos pensamos acerca de nosotros mismos, nuestro crecimiento y desarrollo como especie.

Así pues cuando en Maguncia (ciudad alemanda de Mainz) un orfebre alemán estaba inventando una máquina para imprimir libros, lo que estaba en realidad creando era una manera de ser diferente para toda la humanidad, algo que cambiaría completamente la vida de las siguientes generaciones de seres humanos, no precisamente sus descendientes, amigos y allegados, De hecho la historia directa del personaje de Gutenberg no tuvo un desenlace feliz, porque el desarrollo de su invento le tomó más tiempo y recursos de lo que había calculado y terminó endeudado, pobre y sin poder mejorar su calidad de vida, si bien su legado la humanidad lo reconocería más tarde y la Universidad de Maguncia le rendiría homenaje colocando su nombre a la institución.

Pero pensemos ahora en el vecino de Gutenberg. En las personas que lo conocían. ¿Sabían estas personas la trascendencia de lo que estaba haciendo su vecino? O , simplemente, lo verían como un inventor, alguien que se dedicó a crear artilugios, interesantes o no, en lugar de alguien que estaba creando un destino diferente para la humanidad

Esta es pues la moraleja del vecino de Gutenberg: pueden haber cambios trascendentales a nuestro alrededor y no nos estamos percatando de ellos. Le pasó al vecino de Gutenberg, a sus familiares y conocidos, quizá nos esté pasando a nosotros ahora…

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