viernes, 17 de abril de 2015

La Humanidad: desde los árboles a la Web 2.0 (5). El cuarto salto

Con la Internet la humanidad dio un salto cualitativo en la flexibilización
 de sus comunicaciones
(Imagen tomada de http://i.livescience.com/. Créditos Credit: Shutterstock / Toria )
En el camino a través del cual pasamos de ser comunidades aisladas de homínidos que vivíamos en los árboles a ser una humanidad de homo sapiens hiperconectada a través de las redes sociales, identificamos algunos hitos particularmente relevantes, ya que representaron saltos de conocimiento y saltos de autoconsciencia.  Conversamos en post anteriores sobre los tres primeros grandes pasos: el lenguaje, la escritura y la imprenta. El cuarto paso fue la Internet, que nos preparó para el quinto, la Web y el sexto, la Web 2.0.

La Internet creó las condiciones que permitieron a la humanidad avanzar hacia las redes sociales. No deja de impresionar lo estables que han resultado las piedras angulares que constituyen los protocolos iniciales de la Internet. Si bien la red de redes se ha mantenido evolucionando hasta hoy, las ideas centrales con que se desarrolló, como una red descentralizada por definición, se han mantenido con vigencia.

¿Qué aportó la Internet a la humanidad? En primer lugar la posibilidad de conectarnos  y comunicarnos a través de la conexión y comunicación de, primero nuestros computadores y luego de casi todos los aparatos que inventamos. Esto hoy está en nuestros espacios de obviedad, pensamos cualquier ordenador/computador como una maquina conectada, pero hay que recordar que esto no fue siempre así. En un principio, antes de la Internet, cada computador tenía un sistema operativo, una manera de codificar la información y de comunicarse con sus semejantes, pero no había un protocolo que permitiera la comunicación entre los de distintas marcas y a veces, entre los de distintos modelos de la misma marca. La comunicación universal entre máquinas se creó con la Internet.

Antes de la Internet habíamos inventado otras formas de comunicación, pero cada una de ellas tenía una rigidez estructural que le limitaba como plataforma de comunicación: el teléfono, por ejemplo, nos aportó la comunicación de voz, bidireccional, pero era una solución punto a punto, no era sencillo con él la comunicación de uno a muchos y menos la difusión a una gran cantidad de personas. Por otro lado la comunicación debía ser síncrona.

La radio y la televisión eran plataformas de difusión masiva, pero no funcionaban como comunicación de uno a uno, ni permitían la comunicación bidireccional. La comunicación era masiva, pero seguía siendo sólo síncrona. Este tipo de atributos hacían naturalmente restrictivos a los medios de comunicación previos a la Internet .

La Internet por el contrario flexibilizó todo, la comunicación podía ser uno a uno o uno a muchos, síncrona o asíncrona, permitía la difusión a multiples personas, la trasmisión de cualquier tipo de contenido, la conexión de los más diversos tipos de máquinas, es decir, por todos lados, aportó flexibilidad.

En el desarrollo del concepto, en la historia de la Internet, hubo tres pasos de evolución importantes que deben ser destacados. Ellos cambiaron la naturaleza de la Internet, no desde el punto de vista técnico, sino de la práctica social. En primer lugar se usó para aplicaciones militares, luego se convirtió en un producto académico, lo cual la globalizó y acercó la implementación que tuvo finalmente su uso, como una plataforma universal para todo tipo de público y para todo tipo de artilugio que maneje información. Esta es la Internet de hoy, un concepto al que, como vemos, no llegamos en el primer, momento, sino en el tercero.

De alguna manera podemos sintetizar el aporte de la Internet a la humanidad diciendo que introdujo la flexibilización de nuestras comunicaciones, con ella conseguimos que cualquier máquina se pueda comunicar con cualquier otra máquina, que la comunicación pudiera ser síncrona o asíncrona, uno a uno o uno a muchos, unidireccional o bidireccional en cualquier camino y con cualquier contenido y, muy importante, la flexibilidad incluía el que se pudieran desarrollar nuevos protocolos sobre ella, de modo que el concepto era intrínsecamente evolutivo.

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