viernes, 23 de septiembre de 2011

Separar Contenidos, Estilos y Metadatos

Mucha de las interacciones que hacemos hoy día son posibles gracias
a que por detrás hay una comunicación de metadatos con XML
Hace 15 días comenzamos a hablar de formatos e hicimos la pregunta: ¿Por qué tantos formatos? La semana pasada ampliamos nuestra respuesta a esta pregunta explicando como cada formato está siempre vinculado a un aprendizaje por lo que, como consecuencia, en la medida en que como humanidad vamos a seguir aprendiendo a lidiar con la información vamos también a seguir produciendo nuevos formatos. Es inevitable. Viene junto. Una de las afirmaciones en esta conversación es que hoy día, contenidos, estilos y metadatos se distinguen y se tratan de manejar separados. Por ello un documento HTML de los inicios de la Web es muy diferente internamente de uno de los que se produce en la actualidad. Si la semana pasada hablamos de contenidos y estilos, ahora volvemos a la conversación para hablar incluir en ella el punto de los metadatos.

Metadatos
La mejor forma de separar los metadatos es a través de XML. Un formato del cual hemos hablado con detalles en varias oportunidades (ver, por ejemplo, Evolución de metadatos y XML y El Matrimonio de MARC con XML). El XML garantiza, como no puede hacerlo el HTML, la comunicación de metadatos: los campos internos o distinciones que hacemos en un documento. Si con el HTML podemos trasmitir contenidos a las personas, con el XML logramos un formato que nos permite la comunicación y el intercambio de metadatos entre los sistemas. Esto fue bien claro en las explicaciones que hicimos en el caso de la iniciativa de archivos abiertos y el protocolo OAI-PMH (ver La inciiativa de archvios abiertos: el nacimiento de la sencillez al compartir metadatos).

El XML es el formato que facilita el intercambio de metadatos, por excelencia. De hecho, todas las áreas del saber y del hacer tienen metadatos específicos pero, en general, se converge al uso de XML como el formato o lenguaje base que debe usarse para trasmitir contenidos en los cuales es importante distinguir detalles, campos, clasificadores, partes internas, en una palabra: metadatos.

La combinación de formatos
A la hora de almacenar documentos se usan adecuadamente las bases de datos, cada una con su formato específico. A la hora de intercambiarlos el XML es adecuado. Al momento de presentarlos, el XML se traduce a HTML y los estilos se escriben en forma separada en una hoja de estilos .CSS. Así es la historia, cada vez que consultamos muchos sitios Web modernos. Por eso tenemos muchos formatos y vamos a seguir teniéndolos, cada uno para un uso específico.

Lo interesante es que el usuario de un sitio Web dinámico lo que observa de todo este cuento es que cada vez los sitios Web proporcionan mejor la información, en forma más agradable, más personalizada y más útil. Todo el tema de formatos le es invisible. Así debe ser cuando todo esta funcionando y bien implementado. Con el aprendizaje de hoy entendemos que mucho de las mejoras tienen que ver con funcionalidades que se implementan gracias a la comunicación XML, un formato que permite distinguir detalles internos en un contenido.

El caso de la impresión
La impresión en papel de un contenido electrónico puede ser vista como un modo de presentación diferente, en otro tipo de soporte físico además. Para ello se ha venido usando el formato PDF, sin embargo, como veremos en nuestro próximo post hay uso y abusos del formato PDF. Como veremos, en contextos apropiados este formato puede ser muy bueno, pero como veremos también, usado inadecuadamente, en contextos inapropiados donde deberían usarse otras soluciones, el formato PDF puede ser muy malo.

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