viernes, 22 de agosto de 2014

¿Por qué Reglas de Negocios explícitas?

Los sistemas basados en reglas de negociso permiten hacer
ciclos más cortos de adaptación a cambios de entorno,
optimización o mejoras
La semana pasada comentamos las ventajas de tener reglas de negocios explícitamente definidas dentro de un sistema de Archivo Único Digital de Clientes o una solución de gestión de información para el apoyo a las operaciones ordinarias y la toma de decisiones. Vimos que al definir las reglas de negocios le proporcionamos al sistema criterios para hacer revisiones, tomar decisiones y ejecutar acciones. Los sistemas dejan de ser repositorios pasivos de información que ayudan en las actividades institucionales para convertirse en instrumentos activos, cruciales en las operaciones cotidianas por la eficiencia que aportas al usarlos. En ese contexto nos quedó pendiente la tarea de profundizar un poco más y analizar desde dónde y cómo se generan estas ventajas. Lo haremos hoy llegando a una conclusión que resulta fascinante cuando se entienden sus implicaciones.

Es interesante darse cuenta que la definición explicita de reglas de negocio no es el único camino que por el que se llega a una solución que trabaja eficientemente desde un punto de vista funcional. Es decir, se puede hacer un buen sistema sin definir explícitamente reglas de negocios. Lo que ocurre es que normalmente éstas son el mejor camino desde una perspectiva integral, porque tienden a generar aplicaciones que se adaptan mejor a los cambios que ocurren en el entorno institucional, dentro del marco jurídico legal o de negocios en el que la institución se desenvuelve.

La ventaja que tiene el desarrollo de sistemas basados en reglas de negocios es que se convierte la lógica de negocios en contenidos de información y que por tanto cambiando estos contenidos el sistema puede comportarse de manera muy diferente, sin necesidad de (y sin la complejidad de) cambiar el software de los sistemas que controlan los archivos o las operaciones institucionales.

Cambiar contenidos de información es una operación sencilla que un analista que entienda el negocio institucional puede hacer. Cambiar el software es una operación complicada que requiere el concurso de múltiples profesionales, particularmente de ingenieros de software especializados que añaden una interfaz técnica sofisticada a cada paso de mejora institucional.

Pero más allá de la disminución de la complejidad, la ventaja práctica que los sistemas basados en reglas de negocios explícitas tienen, es la velocidad con la que permiten hacer cambios para adaptarse a nuevas situaciones: el cambiar información es una operación rápida, normalmente inmediata, mientras que el desarrollo de software es un trabajo que toma un tiempo significativo. Incluso el cambio de unas pocas líneas de código implica un análisis con un alto grado de abstracción (más allá del análisis en el dominio conocimiento de las operaciones institucionales) y la realización de numerosas pruebas para estar seguros que se pueden usar el nuevo software generado en los sistemas en producción, sin temor de que se generen situaciones indeseables.

Debido al intercambio de lógica almacenada en el software por lógica almacenada como información es que las soluciones basadas en reglas de negocios resultan más fáciles de mantener, más duraderas en el tiempo y por tanto más económicas para la institución. Los sistemas no se vuelven obsoletos cuando las reglas de negocios cambian y esto es muy importante en la época que vivimos ya que la experiencia muestra que muchas veces las condiciones de borde en que nos movemos cambian, por efectos de la competencia o por algo tan predecible como un cambio de gobierno o de una situación internacional que hace que se establezcan nuevas regulaciones o requisitos desde el estado. Todo el que ha dirigido una institución sabe que para los cambios hay que estar preparados.

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