viernes, 16 de noviembre de 2012

La Proliferación de Dispositivos

Actualmente proliferan una gran cantidad de dispositivos,
siguiendo una secuencia donde se alternan las tendencias
a la diversidad y lo particular con las tendencias a la
 estandarización, sin que haya una solución universal,
válida siempre

Si analizamos el uso que le damos a las Tecnologías de la Información para manejar nuestros activos de información, podemos apreciar como, en ocasiones, desarrollamos tendencias convergentes, en las que adoptamos pautas de estandarización que nos ayudan a avanzar con mucha eficiencia a través de prácticas donde el componente común es muy importante en el resultado. También desarrollamos tendencias divergentes, donde nos apartamos de los estándares y nos dispersamos en maneras distintas de hacer las cosas. En estos casos el peso de los componentes genéricos de las soluciones disminuye, hasta un punto, más adelante en el tiempo, en que el reconocimiento de buenas prácticas se imponen de nuevo creando modos de hacer las cosas generalmente aceptados. Damos en este post algunos ejemplos y comentamos cómo nos está afectando la actual proliferación de dispositivos en el desarrollo de la imagen y estética que incluimos en nuestras soluciones de información.

Veamos rápidamente algunos cambos históricos: el procesamiento manual de la información lo fuimos sustituyendo por un procesamiento automatizado, desde los albores de la computación. Al principio los equipos eran grandes, costosos y pesados y la práctica era alquilarlos. Luego desarrollamos soluciones más simples y económicas y esto nos fue permitiendo generalizar la adopción de computadores en más lugares e instituciones.

Estas soluciones eran disímiles hasta que se estandarizaron en el procesamiento por lotes (batch), no interactivo, con lenguajes de programación definidos que fueron el principal componente genérico, ya que los sistemas operativos eran diferentes. En la época había poco que hacer con la estética de las soluciones y lo que privaba era la solución práctica al problema de procesamiento de información.

Luego vino la ola de los minicomputadores y los terminales interactivos. Con el Unix adquirió fuerza y terminó imponiéndose la idea de estandarizar también los sistemas operativos, dejando a los fabricantes las diferencias en el hardware. El punto culminante de esta línea de estandarización quizá fueron las estaciones de trabajo conectadas en red.

Con los microcomputadores hubo de nuevo otra tendencia divergente. Volvimos a perdernos en multitud de equipos y soluciones diferentes hasta que la ola de estandarización se hizo clara luego del advenimiento del IBM PC que estableció las pautas para el hardware del escritorio y más adelante Windows que se convirtió en un estándar de facto para los sistemas personales.

La computación fue haciéndose gráfica y se desarrollaron las redes. La Imagen y estética comenzó a ser definitivamente importante. Al principio los esquemas eran de nuevo divergentes, hasta que la Internet se convirtió en un estándar de conectividad al punto que se hizo inconcebible pensar en un computador que no estuviera conectado y en una red que no fuera Internet Este movimiento llegó a una zona especial por la amplitud de los resultados. En efecto, la WWW evolucionó como la plataforma ideal para compartir todo tipo de contenidos, estandarizando primero la búsqueda y la salida y luego todo el ambiente de trabajo de todas las aplicaciones.

De esta manera llegamos a los 90 con redes, con microcomputadores estandarizados, con redes estandarizadas a través de Internet y con la Web como un esquema universal de compartir la información y de desarrollar la interacción.

La Internet llegó a los teléfonos, que se habían hecho inalámbricos en forma paralela. Se ha venido tragando a éstos, que dejaron de ser una solución genérica para convertirse, con los dispositivos móviles, en un universo de aparatos variados. Los celulares terminaron la tarea de imponer la digitalización en las fotografías y las imágenes. Otra vez comenzamos con sistemas heterogéneos para recorrer nuestro camino de unificarnos hacia unas pocas opciones genéricas.

Han vuelto a proliferar los dispositivos, la electrónica permite hacerlos de múltiples formas y tamaños, los precios los hacen asequibles a muchas personas y hay cantidad de nuevas soluciones. Las interfases se hacen táctiles y por eso el actual panorama de la interacción en teléfonos, tabletas y ultra notebooks es demasiado diverso para ser manejado con eficiencia. Esta ola dispersiva parirá nuevas soluciones genéricas que volverán a facilitarnos muchas cosas, entre otras, la estandarización de la interacción y el desarrollo de una imagen y estética coherente en la diversidad de aplicaciones.

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