viernes, 14 de enero de 2011

Las puertas de la biblioteca hiperautomatizada

Puertas RFID en la Biblioteca Pública de Madison County

Las puertas RFID son parte de la nueva generación de dispositivos que ha venido entrando a las bibliotecas recomendadas en alguna de las fases de implementación de los proyectos de hiperautomatización que son cada vez más frecuentes en el nuevo milenio. Las antecesoras de las puertas RFID fueron las puertas de tecnología EM, que se usaron en bibliotecas en las últimas décadas del milenio pasado. Externamente no hay diferencias. La forma y estética de ambas pueden ser iguales, pero la manera en que trabajan y el alcance de su funcionalidad en la biblioteca, desde un punto de vista práctico, si es muy diferente. Las anteriores sólo tenían que ver ser con la seguridad. Las nuevas, prestan mejor la función de seguridad, pero por las ventajas intrínsecas de la tecnología RFID y de los nuevos sistemas bibliotecarios, tienen más y mejores aplicaciones.

Cómo trabajan
Las puertas RFID contienen internamente lectores que pueden leer la identificación RFID en las etiquetas pegadas en los libros y en los carnets alojados en los bolsillos o carteras de las personas que usan la biblioteca. Tienen un alcance típico entre uno y dos metros y, usando varias, pueden disponerse en forma que este alcance sea mucho mayor. Suelen incorporar también detectores infrarrojos, con el objeto de detectar la entrada tanto de personas identificadas (portadoras de un carnet) como de personas no identificadas (no portadoras de carnets). Las fotografías de arriba muestran ejemplos de puertas preconstruidas con lectores RFID como las usadas en numerosas bibliotecas. Cómo pueden verse en ellas el llamarla “puertas” es realmente una metáfora cariñosa, porque no abren y cierran, sino que están siempre abiertas. Eso si, dándose cuenta de quien camina a través de ellas y qué libros lleva en la mano o en el morral o cartera.

Puertas personalizadas con lectores ocultos
Adicionalmente a las puertas de entrada convencionales preconstruidas, como las mostradas arriba, existen en el mercado lectores y antenas de RFID de gran alcance con los que se pueden diseñar e implementar soluciones de detección de entrada o de salida específicas. Este otro tipo de soluciones se usan en ambientes con un diseño interior especial que la institución quiere respetar al máximo, ocultando totalmente al usuario la presencia de los mecanismos de detección RFID.
La figura de al lado muestra un dispositivo lector como los que se emplean para este tipo de soluciones personalizadas. Estos dispositivos son pequeños y se ocultan fácilmente, de modo que no son visibles para el público y no afectan el ambiente de percepciones creado por arquitectos o diseñadores. Debe tomarse en cuenta, sin embargo, que cuando se opta por este tipo de soluciones muy personalizadas, se requiere, en forma adicional a dispositivos lectores y antenas, la realización de trabajos profesionales de ingeniería para el diseño, la instalación, prueba y ajustes de las soluciones específicas.

La solución integral en la biblioteca hiperautomatizada
La gran ventaja de las puertas RFID en las bibliotecas hiperautomatizadas es que la puertas detectan no sólo el estado prestado o no prestado de los libros que entran o salen, como se hacía anteriormente. Además de ello las puertas RFID detectan a las personas y se integran al funcionamiento del sistema bibliotecario proporcionando información estadística acerca de quién usa la biblioteca y acerca del movimiento del material. Son parte obligada de diseño de nuevas edificaciones inteligentes. Simplifican los trámites internos en la biblioteca porque ya no se requiere el paso de magnetización al prestar y desmagnetización al recibir, que se usaba con la vieja tecnología EM.
En síntesis, las puestas RFID son, sin duda, un componente básico de la solución tecnológica ideal en aquellos casos donde la biblioteca quiere dar la máxima flexibilidad a los usuarios con sistemas de autopréstamo, fáciles y seguros y cuando se quiere liberar el tiempo de los bibliotecarios para que puedan ocuparse de las auténticas funciones de su importante oficio.

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